Restaurante de 560 m² dividido en dos plantas, con diferentes zona de preparación de producto y con dos terrazas.
Se trataba de crear un espacio acogedor, de reducir sensorialmente las grandes alturas y los materiales fríos de la estructura de este. Trabajamos los espacios principales como la Cocina, motor del negocio, el Kiosco central dónde se sirven la charcutería y los postres, los dos Bares, cada uno en una planta y por último la zona de cursos, en la planta calle. Delimitamos los espacios con un cambio de pavimento para crear un camino y un sentido de circulación. En el centro, una gran vinoteca, justo debajo de la gran escalera en hierro.
Mobiliario joven y desenfadado, de diferentes estilos y colores, mesas altas y bajas. Iluminación colgante y de grandes dimensiones en la zona más alta del local. Cerámicas vivas, Led con posibilidad RGB para diferentes ambientes en función de la hora del día.
Un espacio para mucho más que comer, es un espacio de convivencia y de experiencia.